“A la vista de los hechos presentados y del creciente riesgo que implica la tarea de remolque, debido al deterioro de las condiciones de flotabilidad del casco (…) no es posible adoptar otra medida que la de desechar el casco, mediante hundimiento planificado y controlado. ”, explicaron la Armada y el Ministerio de Defensa, en un comunicado conjunto.
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Hace dos semanas, la Armada de Brasil anunció que anclaría el viejo barco en un punto del océano Atlántico, a 315 kilómetros de la costa del país. Sin embargo, aclaró que no autorizaría su regreso a puertos o aguas territoriales brasileñas.
Varias ONG expresaron entonces su temor de que Brasil cometiera “Un gran crimen ambiental en el mar.“. La asociación Robin des Bois describió el antiguo barco como “un paquete tóxico de 30 mil toneladas".
Construido en la década de 1950 en Saint-Nazaire, en el oeste de Francia, el “Foch“, que sirvió a la Armada francesa durante 37 años, será hundido por un remolcador holandés, contratado por el astillero turco Sok Denizcilik.
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El astillero había comprado el portaaviones como chatarra en abril de 2021 para desmantelarlo, pero corría el riesgo de abandonarlo a falta de encontrar un puerto donde recibirlo.
En junio de 2022, el astillero turco obtuvo la autorización de las autoridades brasileñas para llevarlo a Turquía para su desmantelamiento. Pero cuando llegó al Estrecho de Gibraltar a finales de agosto, las autoridades medioambientales turcas informaron que el barco ya no era bienvenido.
La antigua gloria de la Armada francesa, capaz de catapultar aviones de 12 a 15 toneladas a una velocidad de despegue de 278 kilómetros por hora, fue adquirida por Brasil en 2000.
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