Una victoria del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (PT), que lidera las encuestas por delante del presidente Jair Bolsonaro (PL), representaría un nuevo giro a la izquierda en el país y el regreso al poder del Partido de los Trabajadores ( PT).
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Pero las encuestas también apuntan a la posibilidad de otra gran noticia para el domingo.
El PT nunca ha ganado el gobierno del estado de São Paulo, el principal motor económico del país, pero su candidato, Fernando Haddad, lidera las encuestas.
El exalcalde de la ciudad de São Paulo, candidato derrotado por Bolsonaro en la carrera presidencial de 2018, lidera las encuestas con un 35% de la intención de voto.
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Le siguen Tarcísio de Freitas (26%), ex ministro de Infraestructuras del gobierno de Bolsonaro, y el actual gobernador Rodrigo García (18%), según la encuesta de Datafolha del jueves (29).
Los índices indican que la disputa recién se definirá en la segunda vuelta, el 30 de octubre.
Otras disputas electorales
Además del presidente y vicepresidente de la República, el país elegirá a los gobernadores de los 26 estados y del Distrito Federal, los 513 nombres de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado (27 de 81 escaños), así como así como los representantes de las asambleas legislativas estatales.
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Todos los mandatos son de cuatro años, a excepción de los senadores, que tienen un mandato de ocho años.
Dos tercios de los candidatos son hombres.
Fuerzas en el parlamento
El gran número de partidos políticos dificulta cualquier intento de controlar el Congreso y el ganador de las elecciones presidenciales tendrá que negociar, en particular con Centrão, un bloque informal de políticos del que depende gran parte de la gobernabilidad en Brasil.
Más de 10.000 candidatos buscan un escaño en la Cámara de Diputados y 241 en el Senado.
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Más del 85% de los diputados federales y 20 de los 27 gobernadores buscan la reelección, con altas posibilidades de victoria, según los analistas.
Y 13 senadores también buscan la reelección.
La política brasileña está marcada por una fragmentación crónica (actualmente 23 partidos tienen representantes en el Congreso), pero por primera vez los partidos podrán agruparse en federaciones, que deben permanecer juntas durante al menos cuatro años.
Y esto hace aún más difícil predecir el equilibrio de fuerzas a partir de enero de 2023.
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La izquierda, con el PT a la cabeza, podría pasar de los 121 diputados actuales a casi 150, mientras que el Centrão y los bolsonaristas competirán por el electorado más conservador.
“El Centrão y los grupos bolsonaristas entrarán en una lucha fratricida por las vacantes restantes”, escribió el politólogo Ricardo de João Braga en el sitio web Congresso em Foco.
Fomentar la diversidad
De los más de 28.000 candidatos, la mayoría se define como pardo o negro (50,3%), algo sin precedentes.
El crecimiento posiblemente fue impulsado por otra novedad en esta disputa: los votos otorgados a mujeres y negros contarán el doble para la distribución de los recursos del Fondo Electoral entre los partidos, siguiendo una ley electoral para fomentar una mayor representación en el Congreso.
(Con AFP)
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