Según estimaciones de la entidad, para controlar la subida de precios, los bancos centrales de todo el mundo tendrán que subir los tipos de interés una media de 2 puntos porcentuales. Si va acompañado de tensión en los mercados financieros, este ritmo desaceleraría el crecimiento del PIB del planeta al 0,5% en 2023 y al 0,4% en términos per cápita.
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Este resultado cumpliría los criterios técnicos para definir una recesión. El documento también destaca una serie de evidencias que apuntarían a una situación recesiva en el horizonte. Según el análisis, la economía mundial está registrando la desaceleración más pronunciada desde la década de 1970.
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