Créditos de la imagen: AFP

Los extranjeros huyen de Sudán: ¿qué está pasando en el país africano?

Naciones Unidas informó este lunes de que al menos 420 personas han muerto ya en violentos enfrentamientos entre grupos paramilitares y el Ejército sudanés, que están provocando un enorme éxodo de refugiados y la retirada de emergencia del país de organismos internacionales, diplomáticos y extranjeros. Entiende lo que está pasando allí.

Tras 10 días de intensos tiroteos, las potencias internacionales lograron negociar con ambos bandos la retirada del país de empleados diplomáticos y ciudadanos de otras nacionalidades, provocando un éxodo extranjero.

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"Aprovechamos una pequeña ventana de oportunidad", dijo un portavoz del gobierno británico. "Con los intensos combates en Jartum y el cierre del principal aeropuerto" desde el 15 de abril, día en que comenzaron los enfrentamientos, una retirada mayor era "imposible", añadió la fuente.

Más de 1.000 ciudadanos de la Unión Europea (UE) fueron evacuados del país. España anunció la salida de 100 personas, entre españoles y latinoamericanos. El gobierno de Estados Unidos sacó a empleados del servicio diplomático, al menos 100 personas, en helicópteros.

China –socio comercial de Sudán– retiró un primer contingente de ciudadanos del país africano, justo cuando varios países árabes anunciaron la salida de cientos de personas.

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Un libanés que viajaba en autobús dijo a la AFP que logró salir sólo con “una camisa y un pijama”. “Era todo lo que quedaba después de 17 años en Sudán”, lamenta. En Jartum, “estábamos en estado de sitio”, afirma.

estado de sitio

Los más de cinco millones de habitantes de la capital llevan varios días sin servicio de agua ni electricidad. Y los alimentos también escasean. Naciones Unidas pide un alto el fuego inmediato para que las entidades humanitarias puedan llegar a los civiles atrapados en medio de la guerra.

Guterres instó a “todos los miembros del Consejo a ejercer la máxima presión sobre las partes para poner fin a la violencia, restablecer el orden y volver al camino de la transición democrática”, bajo amenaza de que el conflicto se extienda a otras regiones vecinas.

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Entender lo que sucede en Sudán

La violencia en el país de 45 millones de habitantes del noreste de África estalló el 15 de abril entre el ejército del general Abdel Fatah al Burhan –que llegó al poder en 2021 tras un golpe de Estado– y su gran rival, el general Mohamed Hamdan Daglo, líder de los paramilitares que integran las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR).

Burhan y Daglo juntos derrocaron al dictador Omar al Bashir, tras las grandes protestas contra las tres décadas de dictadura que terminaron en 2019.

Hubo una ola de protestas públicas y una masacre con alrededor de 100 muertos en Jartum. Con presión internacional, los militares que tomaron el poder prometenían un gobierno de transición compuesto por civiles y miembros de las fuerzas armadas.

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Este gobierno de transición contó con el apoyo de la comunidad internacional. Sin embargo, no pudo avanzar porque los dos grupos nunca se entendieron.

En 2021 se disolvió el consejo que gobernaba el país y se instauró allí una nueva dictadura militar.

¿Y qué pasa ahora?

Daglo consideró que el golpe fue un “error” porque no logró generar cambios, manteniendo a restos del antiguo régimen de Bashir en altos cargos.

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Ambas partes intercambian acusaciones sobre ataques a cárceles para liberar a cientos de reclusos, así como robos a casas y fábricas.

El conflicto más sangriento estalló cuando, recientemente, el actual gobierno intentó integrar a las FAR en el Ejército oficial, requisito fundamental para el restablecimiento de la democracia en Sudán.

¿Y quién está a cargo?

Después de días de enfrentamientos, es difícil saber quién controla qué partes de la capital. Las imágenes de satélite muestran la magnitud de los daños, visibles desde el interior del cuartel general del Estado Mayor del ejército.

“Ningún partido parece ganar por el momento y, teniendo en cuenta la intensidad de los combates, las cosas podrían empeorar antes de que los dos generales se sienten a la mesa de negociaciones”, advierte Clément Deshayes, de la Universidad París 1.

Sin extranjeros, los sudaneses tienen que valerse por sí mismos.

“A medida que los extranjeros huyen, el impacto de la violencia en una situación humanitaria ya crítica en Sudán empeora”, advirtió la ONU. En medio del fuego cruzado, agencias de las Naciones Unidas y otras organizaciones humanitarias suspendieron sus actividades en el país.

Cinco cooperantes –cuatro de ellos de la ONU– han muerto y, según el sindicato de médicos, casi el 75% de los hospitales están fuera de servicio.

Los cinco millones de habitantes de Jartum sólo tienen un pensamiento: abandonar la ciudad, escenario de caos.

(Con información de la ONU y AFP)

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