La cifra de muertos es preliminar mientras continúa la búsqueda de personas desaparecidas, incluidos 17 pasajeros en un barco de migrantes que volcó el miércoles cerca de los Cayos de Florida.
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Tras causar daños en Florida, el huracán se dirigió hacia Carolina del Sur, con vientos de hasta 140 km/h, según el Centro Nacional de Huracanes (NHC). Luego perdió fuerza hasta convertirse en tormenta tropical.
El presidente estadounidense, Joe Biden, pidió a los ciudadanos no ignorar las advertencias de las autoridades locales, como en Carolina del Sur, donde pidieron no circular por carreteras inundadas.
“Es una tormenta peligrosa que traerá fuertes vientos y mucha agua, pero lo más peligroso será el error humano. Se inteligente, tomeTome buenas decisiones, controle a sus amigos y familiares y manténgase a salvo”, tuiteó el gobernador Henry McMaster.
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Alrededor de 575 familias y empresas se quedaron sin electricidad el viernes, en Carolina del Sur, Carolina del Norte y Virginia, según el sitio web especializado PowerOutage.
Daños “históricos” en Florida
En Florida, además del elevado número de víctimas, se produjeron daños materiales “históricos” por inundaciones sin precedentes, según el gobernador Ron DeSantis.
El viernes, en Kissimmee, cerca de Orlando, las autoridades recorrieron en barco las zonas inundadas para rescatar a los residentes atrapados en sus casas.
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"Apenas estamos empezando a ver la magnitud de la destrucción (...) que probablemente esté entre las peores" en la historia de Estados Unidos, afirmó Biden. “La reconstrucción llevará meses, años”, estimó.
Con AFP
