Origen de Lego
Pocos lo saben, pero Lego es danés y surgió a principios de los años 1930, durante la Gran Depresión, considerada la mayor crisis financiera de la historia de Estados Unidos y que afectó a gran parte del mundo.
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En aquel momento, el carpintero Ole Kirk Kristiansen necesitaba reinventarse para adaptarse a tiempos de crisis. Junto con su hijo Godtfred, de 12 años, comenzó a producir juguetes de madera recomendados únicamente para niños. Fueron hechos uno por uno.
El nombre “Lego” proviene de la combinación de las palabras “leg godt”, que en danés significa “jugar bien”.
Plástico en producción
No fue hasta 1946 que Kristiansen comenzó a producir juguetes de plástico. El período posterior a la Segunda Guerra Mundial permitió a los empresarios invertir en más tecnología.
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En 1958, el empresario y su hijo desarrollaron los primeros bloques de pernos y tubos enchufables. Nadie imaginaba que esta idea saldría tan bien.
Los primeros pasos de Lego
En las primeras seis décadas, no era posible predecir que aquellas pequeñas piezas de Lego ganarían un lugar especial en los mejores recuerdos tanto de niños como de adultos.
Para desarrollar cualquier producto nuevo, Godtfred –después de asumir la dirección de la empresa– tenía como regla básica que las piezas debían estimular la imaginación, la creatividad y el desarrollo de los niños.
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Hasta entonces, la producción se dedicaba a juguetes sencillos, utilizados por cualquier niño.
cambio de mercado
Con la llegada de las computadoras y los juegos electrónicos durante la década de 1990, la empresa vio amenazado su éxito por el nuevo escenario. Fue entonces cuando surgió la idea de fabricar otros productos con la famosa pieza snap-on, como joyas, ropa y piezas preensambladas que se alejaban de la idea original de ser solo un juguete.
En 1998, la empresa registró su primera pérdida, pero la situación empeoró en 2003, cuando Lego estuvo al borde de la quiebra, con un déficit de casi 238 millones de dólares.
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La salvación llegó cuando la marca comenzó a producir piezas con licencia, inspiradas en películas como Star Wars y Harry Potter. Los fanáticos adultos compraron casi todos los productos. Actualmente representan el 70% de la clientela de Lego.
Y, seamos realistas: ¿a quién no le gusta volver a la infancia? 😉