Alerta: el exceso de sodio (predominante en la sal de mesa) es un factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares como la hipertensión y los accidentes cerebrovasculares. La sal común tiene un 60% de cloruro y un 40% de sodio. En otras palabras: 1 gramo de sal contiene 400 mg de sodio.
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El estudio fue desarrollado por investigadores de la Universidad de São Paulo (USP), la Universidad Federal de São Carlos (UFSCar) y el Instituto Pensi, la Fundación José Luiz Egydio Setubal y el Hospital Infantil Sabará.
Los autores recopilaron información sobre el perfil dietético de más de 28 mil adultos utilizando datos de la Encuesta Nacional de Presupuesto Familiar, del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE). Los participantes describieron todo lo que habían comido en dos períodos diferentes de 24 horas.
“Los datos muestran que, a pesar de todos los esfuerzos para reducir el consumo de sodio, los resultados siguen siendo muy discretos”, dice la nutricionista Paula Victória Félix, una de las autoras del trabajo. “Los más jóvenes están expuestos a grandes cantidades de sal y azúcar a una edad más temprana, lo que hace que sus papilas gustativas se acostumbren a cantidades cada vez mayores. Además, son quienes más consumen comida preparada y piden comida rápida. Los mayores, por el contrario, acaban siguiendo más las recomendaciones médicas”.
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En Brasil, según el estudio, la ingesta promedio es de 2432 miligramos por día, equivalente a 6 gramos de sal – 1 cucharadita entera o 1 cucharada rasa de postre.
El grupo analizado que más se superó en el consumo de sodio fue el de jóvenes, con edades comprendidas entre 20 y 29 años. El pan francés, los frijoles, el arroz y la carne son los alimentos que más contribuyeron al índice en este grupo de edad.
Consejos para reducir su consumo de sodio:
- Reduzca gradualmente la cantidad de sal utilizada en la preparación. Esto se puede hacer poco a poco. Si usa una cucharadita para condimentar su comida, intente usar tres cuartos y luego la mitad de la cucharadita.
- Cambie la sal por otros condimentos, como hierbas secas o incluso frescas, si es posible.
- Evita las conservas y opta por las conservas al vapor
- Lea las etiquetas de los alimentos comprados. Hay una gran diferencia en la cantidad de sal entre diferentes marcas.
- Quita el salero de la mesa.
- Reducir el consumo de platos preparados y embutidos como chorizo, jamón, salami.
- Prueba alternativas al pan, como la tapioca y el cuscús, que son preparaciones en las que podemos controlar la cantidad de sal.
Fuente: Agencia Einstein
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