Llamado “Donald T” en la literatura científica, le diagnosticaron en 1943, a la edad de 10 años, un trastorno neurocognitivo llamado autismo. Al ser el primer caso identificado por la medicina, el estadounidense jugó un papel clave en la identificación de esta discapacidad, lo que le llevó a participar en un gran número de entrevistas, un documental y un libro.
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Cuando era niño, Triplett no respondía a las llamadas de sus padres y no se interesaba por otros niños, pero podía retener información y cifras muy precisas sobre diversos temas. Preocupados, sus padres escribieron una carta de 22 páginas a un psiquiatra infantil, en la que detallaban el comportamiento del niño. El texto siguió siendo una referencia a la hora de documentar los síntomas del trastorno.
A pesar del diagnóstico, que en aquel momento se consideraba que le provocaba una grave discapacidad, Triplett continuó sus estudios y trabajó durante más de 60 años en un banco de la pequeña localidad de Forest, en el estado de Mississippi.
En 2020, uno de cada 36 niños fue diagnosticado con trastorno del espectro autista (TEA) en Estados Unidos, según una encuesta realizada por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), la autoridad de salud pública del país.
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