Detenido en julio de 2021, Ales Bialiatski, de 60 años, ganó el Premio Nobel de la Paz a finales del año pasado por su defensa de los derechos humanos. Compartió el premio con la ONG rusa Memorial y la organización ucraniana Centro para las Libertades Civiles.
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El activista fundó y dirigió durante varios años Viasna, la principal organización de derechos humanos del país autoritario, gobernado desde 1994 por Lukashenko.
Durante las manifestaciones de 2020, la ONG jugó un papel crucial al documentar las medidas represivas y las detenciones de manifestantes.
Los otros dos activistas condenados fueron acusados de financiar “actividades que violan gravemente el orden público”, según la ONG. Un cuarto acusado, Dmitri Soloviev, juzgado en rebeldía tras huir a Polonia, fue condenado a ocho años de prisión. Todos también fueron condenados a pagar una multa de 70 mil dólares.
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“Injusticia vergonzosa”
La líder de la oposición bielorrusa, Svetlana Tikhanovskaya, criticó la condena. "Debemos hacer todo lo posible para luchar contra esta vergonzosa injusticia", escribió en Twitter.
La ministra de Asuntos Exteriores alemana, Annalena Baebock, calificó el proceso de “farsa” y destacó que los acusados fueron condenados por su “compromiso con los derechos, la dignidad y la libertad de las personas en Bielorrusia”.
El gobierno polaco consideró la condena “escandalosa”.
Persecucion
Bialiatski pasó casi tres años en prisión en Bielorrusia entre 2011 y 2014, tras otro juicio denunciado como político.
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Según Viasna, hasta el 1 de marzo, Bielorrusia tenía 1.461 presos políticos.
Los países occidentales han aprobado varios paquetes de sanciones contra Bielorrusia por la represión de las protestas de 2020, pero el régimen aún cuenta con el apoyo inquebrantable de Rusia.
Bielorrusia aceptó servir como base de retaguardia para las tropas rusas en el conflicto de Ucrania. Pero hasta ahora el ejército de Minsk no ha participado directamente en los combates.
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(Fuente: AFP)