Al menos 458 personas han muerto ya en la represión de las manifestaciones provocadas por la muerte de Mahsa Amini -una joven detenida por la policía moral por llevar el velo de forma inadecuada-, según el último informe de la ONG Irán Derechos Humanos (IHR), basado en en Noruega, y menos de 14 mil fueron arrestados, según la ONU.
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Mohsen Shekari, un hombre de 23 años declarado culpable de herir a un paramilitar, fue ejecutado el jueves pasado tras un juicio que varios grupos de derechos humanos calificaron de “farsa”.
Otras diez personas fueron condenadas a muerte por participar en las manifestaciones, que las autoridades califican de “disturbios”, informó la justicia iraní.
Según Amnistía Internacional, Irán “ahora se prepara para ejecutar” a Mahan Sadrat, de 22 años, tras un juicio rápido e “injusto” en el que fue declarado culpable de sacar un cuchillo durante las protestas.
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Reacción “más fuerte”
Condenado a muerte el 3 de noviembre, fue trasladado el sábado a la prisión de Rajai Shahr, cerca de Teherán, lo que podría significar "una ejecución inminente", advirtió la ONG con sede en el Reino Unido.
“Al igual que los demás condenados a muerte, no tuvo acceso a su abogado” durante el proceso, informó.
Amnistía Internacional también advirtió que la vida de otro joven, Sahand Nurmohammadzadeh, está en peligro después de que fuera condenado a muerte el 6 de noviembre por “derribar barandillas y quemar basura y neumáticos”.
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Amnistía y el IHR también citan el caso de Hamid Gharehasanlu, un médico condenado a muerte que presuntamente fue torturado y cuya esposa fue obligada a testificar contra él.
Para Mahmood Amiry-Moghaddam, director del RSI, la respuesta internacional debe ser “más fuerte que nunca” para impedir estas ejecuciones.
Respuesta internacional
Varios países occidentales, así como la Unión Europea y la ONU, condenaron la ejecución de Mohsen Shekari. Canadá y el Reino Unido han impuesto sanciones a altos funcionarios iraníes.
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Pero los activistas de derechos humanos y las ONG quieren que los gobiernos adopten una respuesta más firme, como romper relaciones diplomáticas o expulsar a enviados especiales.
Irán es uno de los países que impone más condenas a muerte, sólo superado por China, según Amnistía Internacional. Más de 500 personas han sido ejecutadas en 2022, según el IHR.
A principios de este mes, el Consejo Supremo de Seguridad Nacional dijo que “más de 200 personas”, incluidos civiles y personal de seguridad, han muerto en Irán desde el 16 de septiembre. Un general de la Guardia Revolucionaria informó de más de 300 muertes.
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Fuente: AFP
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