En julio, el índice que mide la inflación oficial de Brasil, el IPCA (Índice Nacional de Precios al Consumidor Ampliado), tuvo la mayor retracción desde 1980: cayó un 0,68%. Esta caída de los precios se llama deflación. Pero el fenómeno se produjo, principalmente, porque los precios de los combustibles cayeron en el mismo período (-14,15%), arrastrando a la baja el IPCA.
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El valor acumulado en el año – desde julio de 2021 – fue del 10,07%, según anunció este martes (09) el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE). Durante 11 meses consecutivos, el índice de variación anual de precios viene aumentando, lo que no ocurría desde 2003 en Brasil.