Durante una visita a Minsk para reunirse con el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, un importante aliado, el presidente ruso, Vladmir Putin, dijo que “Rusia no tiene ningún interés en absorber a nadie. No tiene sentido".
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El presidente ruso afirmó que, tras un diálogo "sustancial", Rusia y Bielorrusia acordaron reforzar la cooperación en "todos los ámbitos", especialmente en cuestiones de defensa.
Se trata de "medidas comunes para garantizar la seguridad" de los países, la "entrega mutua de armas" y la fabricación de armas, explicó Putin.
Rusia seguirá entrenando personal militar bielorruso para pilotaviones capaces de transportar armas nucleares.
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Socio en falda ajustada
Bielorrusia, importante aliado de Moscú, prestó su territorio como retaguardia para la ofensiva contra Ucrania a finales de febrero. Hasta ahora, las tropas de Minsk no han participado en combates en suelo ucraniano.
El mayor problema ahora es la presión que Lukashenko enfrenta por parte de los rusos para enviar tales tropas a territorio ucraniano.
El autócrata tiene un dilema por delante: necesita el apoyo de Putin para mantener el poder y también necesita sus tropas dentro de Bielorrusia para reprimir a los opositores a su régimen.
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Para mostrar fuerza, el presidente bielorruso dijo en una reunión con Putin: “Si alguien pensó que podía separarnos, que podía abrir una brecha entre nosotros, no podrá hacerlo”.
Con AFP
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