Muro de México y Estados Unidos
Créditos de la imagen: AFP

Ambientalistas de México y EE.UU. defienden vida animal afectada por muro fronterizo

El muro entre México y Estados Unidos también afecta a la vida silvestre: ambientalistas de ambos países están decididos a rescatar el hábitat natural de diferentes especies, como felinos, osos o ciervos, cuyos territorios se ven perturbados por la controvertida estructura.

Un fotógrafo de la Agencia France Press (AFP) viajó a un punto remoto en la frontera entre el estado estadounidense de Arizona y el estado mexicano de Sonora. En esta zona desértica, Edmon Harrity, de Sky Island Alliance, coloca una moderna cámara en el tronco de un árbol para recopilar datos sobre los movimientos de los animales.

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“Estas tierras no están vacías. Están llenos de vida silvestre y diversidad. Construir una enorme barrera humana tiene repercusiones”, advierte el activista, mientras acompaña a la AFP en una caminata por las montañas de la Patagonia, en Arizona.

En el área donde trabaja Harrity, una intrincada valla impide el paso de los vehículos, pero la mayoría de los animales pueden atravesarla.

Por el contrario, ejemplares de otras zonas, también captados por la cámara, se detienen repentinamente y parecen confundidos ante obstáculos insuperables.

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José Manuel Pérez, de la organización ambientalista Cuenca de los Ojos, destaca que una de las especies más afectadas por estas barreras es el jaguar. También recuerda las dificultades de algunas familias de jabalíes, que dependen del agua en Estados Unidos.

Con estos ejemplos, los ambientalistas buscan demostrar la necesidad de mantener la frontera libre de muros, cuyo impacto, más que reducir la migración clandestina, es sobre la vida silvestre.

“Esta parte de la frontera es uno de los puntos más importantes de América del Norte (…) tienes todo tipo de animales y pájaros cruzando”, describe Valer Clark, un neoyorquino que vive en Arizona desde hace 40 años y forma parte de la Cuenca de los Ojos.

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Una estrecha vigilancia en la línea divisoria dificulta incluso el cruce de aves migratorias. Por la noche, se pierden cuando los deslumbran las luces brillantes, explican los ecologistas.

Pérez también lamenta que, al menos en la frontera, las autoridades mexicanas parecen ausentes.

“Nos preocupa el silencio por parte del gobierno mexicano, que no hace nada para intentar mitigar los efectos del ecocidio que está ocurriendo con la construcción de este muro”, denuncia Pérez.

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Estados Unidos comenzó a erigir barreras en 1994 en un intento de impedir la migración ilegal a través de la frontera de casi 3.200 millas con México.

(con AFP)

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