"Implementaremos (nuestros compromisos) juntos, por la Humanidad y por nuestro planeta", declaró el Ministro de Asuntos Exteriores egipcio, Sameh Choukri, que preside la reunión. COP27, a delegados de todo el mundo.
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La COP27 reúne a unos 200 países durante dos semanas en un contexto de catástrofes climáticas: inundaciones históricas en Pakistán, olas de calor en Europa, huracanes, incendios, sequías… Desastres por los que los países más pobres, los más afectados, exigen compensaciones financieras.
Este delicado tema de “pérdidas y daños” se ha agregado oficialmente a la agenda de discusión en Sharm El-Sheikh durante la ceremonia de apertura, mientras que hasta entonces sólo era objeto de un “diálogo”, previsto para durar hasta 2024. “Esta inclusión en la agenda refleja un sentido de solidaridad y empatía por el sufrimiento de las víctimas de los desastres inducidos por el clima”, destacó Choukri.
“El éxito o el fracaso de la COP27 se juzgará según este mecanismo de financiación de pérdidas y daños”, advirtió Munir Akram, embajador de Pakistán ante la ONU y presidente del G77+China, que representa a más de 130 países emergentes y pobres.
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La desconfianza hacia los países en desarrollo es fuerte, mientras que promeSi bien la meta de los países ricos y desarrollados de aumentar a 100 mil millones de dólares por año a partir de 2020, su ayuda a los países pobres para reducir sus emisiones y prepararse para los impactos aún no se ha cumplido.
Las negociaciones se desarrollan en un contexto de crisis climática cada vez más apremiante. La lucha por el clima es una “una cuestión de vida o muerte, para nuestra seguridad hoy y nuestra supervivencia mañana”, insistió el jefe de la ONU, António Guterres, antes de la COP27. La conferencia “debe sentar las bases para una acción climática más rápida y audaz ahora y en esta década que decidirá si se gana o se pierde la lucha climática”, advirtió.
(Con AFP)