Lo sé, debes estar levantando la nariz y pensando: ¿ESTÁS LOCO? Pero el rechazo a la idea de asociar insectos y alimentos es cultural.
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En países asiáticos, como Corea del Sur y China, es habitual encontrar brochetas de saltamontes y otros insectos en restaurantes y restaurantes al aire libre. Y créanme: ¡algunos se consideran delicias!
Y aquí en Brasil, en algunas regiones de Brasil, como la región amazónica, es común comer una especie de hormiga que se llama Tanajura.
La hormiga sauva también se utiliza en la cocina, o para terminar platos -como el chef Alex Atala- gracias a su sabor cítrico.
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Sí, los insectos son feos y, a veces, parecen repugnantes. Para aumentar la aceptación, una de las estrategias es transformar la apariencia en algo “más común”, como prevé el proyecto SUStainable INSect CHAIN (SUSINCHAIN), que reúne a instituciones de varios países y está financiado con recursos de la Unión Europea. .
La investigadora Nanna Roos, profesora del Departamento de Nutrición, Ejercicio y Deportes (NEXS) de la Universidad de Copenhague, Dinamarca y coordinadora de proyectos financiados por la Unión Europea, es una de las defensoras de esta dieta:
“Hubo una explosión, un entusiasmo, cuando quedó claro que podíamos producir alimentos muy nutritivos, a gran escala, sin mucho impacto en el medio ambiente. Más aún en un momento en el que cada vez somos más conscientes del cambio climático y sus efectos”, explica Roos, uno de los mayores expertos en el tema.
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Dinamarca es uno de los pioneros en iniciativas de este tipo: e incluso la familia real danesa ya ha mostrado interés en el tema: en septiembre de 2022, el príncipe Frederik André Henrik Christian fue noticia al probar una galleta hecha con grillos.
En la práctica
Uno de los estudios de SUSINCHAIN seleccionó a familias de Copenhague con niños de 8 a 10 años para recibir, cada semana, una canasta con alimentos elaborados con insectos que replican recetas famosas.
“La idea es que no se vea el insecto. Tenemos una versión de carne molida, por ejemplo, que es la base de un plato de pasta boloñesa con grillos. Tenemos salchichas, tenemos pan, tenemos falafel”, ejemplifica Roos.
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“El objetivo es hacer que los alimentos a base de insectos sean algo realmente familiar. Lo importante para este proyecto es lograr que los insectos contribuyan sustancialmente, para que dejen de ser snacks y pasen a ser una porción sustancial de la dieta”, afirma el investigador.
¿Alimentos del futuro?
Los insectos podrían convertirse, en el futuro, en un importante alimento alternativo para la dieta de millones de personas en todo el mundo. Así lo evalúa la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
Los esfuerzos por popularizar la entomofagia (término técnico utilizado para definir el consumo de insectos) no son nuevos: desde 2013, la ONU promueve la idea para combatir el hambre.
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valor nutricional
Según la ONU, los saltamontes y los grillos son una gran fuente de grasas buenas, y el porcentaje de proteínas en los alimentos elaborados a partir de estos insectos puede llegar hasta el 69% del total.
Además, estos animales son ricos en micronutrientes como cobre, hierro, magnesio, manganeso, fósforo, selenio y zinc, además de riboflavina, ácido pantoténico, biotina y, en algunos casos, ácido fólico.
“Además de ser ricos en proteínas y grasas buenas, los estudios demuestran que los insectos comestibles tienen una buena cantidad de fibra, vitaminas y, principalmente, minerales como calcio, hierro y zinc”, dice Fabiana Fiuza Teixeira, nutricionista del área de Salud de la Población en el Hospital Israelita Albert Einstein.
Por estos motivos, en un informe publicado en 2013, la división de la ONU dedicada a la alimentación consideró que los insectos son "una fuente de alimento muy importante para las poblaciones humanas".
Y tú, ¿estás dispuesto a probar y experimentar?
(Fuente: Agencia Einstein)
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